La soledad

La soledad puede ser una elección, un hecho o un sentimiento. En ocasiones, podemos encontrarnos rodeados de gente y sentir una gran soledad.

La soledad puede ser definida como la "carencia voluntaria o involuntaria de compañía" o bien, como el "pesar y la melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o algo", según la propia RAE. Por tanto, de ahí podemos concluir que la soledad puede ser una elección, un hecho o un sentimiento.

Cuando hablo de soledad como un sentimiento, estoy haciendo referencia al hecho de que una persona puede encontrarse rodeada de gente y, a la vez, tener la sensación de que una gran soledad le acompaña. Es fácil que esto ocurra cuando la comunicación con nuestro entorno no es lo suficientemente íntima y sincera: dos personas pueden estar físicamente juntas y, sin embargo, emocionalmente tan alejadas que parezcan vivir en mundos separados. Nos sentimos incomprendidos. Es decir, una buena comunicación hace que nos sintamos comprendidos por el otro y, de esta forma, más acompañados. Este déficit en la comunicación puede ocurrir por múltiples motivos como, por ejemplo, el miedo a mostrarnos tal como somos.  Vergüenza a mostrar ante otra persona todo lo que nosotros consideramos nuestros defectos y/o debilidades, lo que se traduce en temor a que nos rechacen, hacer el ridículo, etc. Sin embargo, suele suceder lo contrario: al sincerarnos y exponernos ante los demás tal y como somos, la mayoría de las veces encontraremos una respuesta positiva por parte de la otra persona y, además, esto es algo que suele unir más a las personas.

La soledad emocional de la que hablaba en el párrafo anterior, si no se corta a tiempo, puede llevar a la soledad real. Es decir, puede conducir a una persona al aislamiento, ya que la persona puede tender a encerrarse en sí mismo, o porque terminen marginándole los demás, puesto que esto muchas veces esto suele funcionar como un círculo vicioso: cuando menos esfuerzo realiza una persona por relacionarse con alguien, menos esfuerzo realizará la otra por seguir manteniendo la relación con la primera. Por lo que el resultado final es que deja de existir esa relación y se puede llegar a una soledad real. Encontrarnos en una situación así puede traernos muchas más complicaciones y problemas asociados (tristeza, ansiedad, desesperanza, etc), por lo que es recomendable poner medios para que esto no ocurra. Para ello, se puede buscar diferentes actividades que te motiven y a las que acudan otras personas con las que poder entablar amistad, utilizar las redes sociales para comunicarte con gente que no tengas cerca, así como aprovechar cualquier ocasión para saludar y tener una breve conversación con tus vecinos, compañeros de trabajo, conocidos, etc.

En algunas ocasiones la soledad puede ser una elección. Hay momentos en los que nos apetece estar solos. Hay gente que disfruta de estar en soledad. Esto es porque disfrutan al estar en contacto consigo mismos, algo que a largo plazo repercutirá en diferentes áreas de nuestra vida. Por ejemplo, aquellas personas que disfrutan de su soledad no intentarán aprisionar a los otros para que nos les abandonen (algo que muchas veces se vuelve en contrar de las personas que temen "ser dejadas"), así como que tener momentos de soledad en ocasiones puede ser imprescindible, pararnos a reflexionar sobre nosotros mismos es muy útil para ser dueños de nuestro destino y no dejarnos llevar por la inercia y las presiones a las que nos vemos sometidos por la sociedad en la que vivimos.


"El hombre nace solo, vive solo y muere solo", Buda.


¿NECESITAS HABLAR?

Llámame al 633 145 415