¿Se ha convertido tu relación de pareja en una relación de poder?

No entiendes cómo habéis llegado a este punto, pero tu relación ha cambiado. Estáis todo el día cabreados, todo te molesta. ¿Qué ha pasado?

No sabes cómo ha sucedido ni en qué momento, pero te has dado cuenta de que tu relación ya no es lo que era. Comenzasteis con muchas ganas, os apetecía veros y estar juntos y, de repente, estáis todo el día cabreados, todo te molesta, no entiendes cómo habéis llegado a ese punto y hablarlo no sirve de nada. ¿Qué ha pasado?

Con el paso del tiempo ocurre que muchas parejas terminan olvidando los motivos que los llevaron a inicar su relación. De hecho, es posible que tenga que pasar cierto tiempo y no te des ni cuenta de que algo ha cambiado. Es más, la mayoría de las personas se percatan de esto cuando están empezando a asfixiarse con estos constante tira y afloja. Es entonces cuando pretenden poner solución, pero ¿es demasiado tarde?

La frecuencia y la intensidad de estos encontronazos son los que te indican que algo no va bien. Llega un momento en le que ambos miembros de la pareja parece que están esperando cuando será la próxima vez que sucederá esto que tanto les molesta de su pareja. 


¿Qué nos lleva a establecer relaciones de poder?

Pueden ser varios los motivos quenos lleven a tener este tipo de relaciones. Aquí detallo los más relevantes:

  • El sentimiento de inferioridad.
Este sentimiento hace que las personas tiendan a querer reafirmarse a través de demostrar su poder, ejercitando el control y diversas estrategias de coerción sobre su pareja. Se produce una inseguridad en la persona que posee este sentimiento. Esto no sucede cuando tu compañero sentimental se muestra seguro consigo mismo, de modo que no tiene que demostrar nada acerca de su valía y ni ejercer control porque no hay temor a perder a la pareja. 

  • El ideal romántico de cómo debe ser una relación
Este supuesto puede perjudicar mucho a una relación si se toma al pie de la letra, haciendo exigencias desmedidas a nuestra pareja con expectativas poco realistas acerca de  "cómo deben ser las cosas". Esto puede ser una fuente de frustración permanente. ¿Por qué? Porque nuestra pareja puede tener unas ideas muy diferentes a las nuestras sobre cómo debe ser una relación, qué cosas están bien, cuáles no y dónde están los límites.

  • Las personas autoritarias con rasgos psicopáticos, narcisistas y tendencias sadomasoquistas. 
Este tipo de personas son proclives a intentar mantener el control de poder en sus relaciones. Con estas personas será muy difícil mantener una relación de igual a igual y es posible que busquen a compañeros sentimentales que se muestren sumisos y presenten una baja autoestima. Aunque si los encuentran, sí habrá un desequilibrio de poder en la relación, pero no una lucha por él ya que cada miembros asumirá su rol complementario. 

En estos tres puedes encontrar algunos de los motivos de por qué tu relación sentimental se ha convertido en una relación de poder, aunque puede haber muchas más explicaciones que no son excluyentes entre sí. 

Merece la pena analizar si has reproducido anteriormente esta dinámica en otras relaciones, si lo ha hecho tu pareja y si os retroalimentáis mutuamente. Son muchas las personas que sí reconocen que han reproducido estos patrones en anteriores parejas, otra cosa es que sean capaces de cortarlos por sí mismos ya que han aprendido a relacionarse de esta manera. Por si te lo estás preguntando: sí, aprendemos y desaprendemos a relacionarnos de ciertas formas con el resto de personas. 

Pero, ¿Cómo sé que me encuentro sumergido en una relación de poder?

Si crees que te encuentras en esta situación, lo siguiente puede servirte de ayuda:

1. Abre los ojos, ¿qué cosas me dicen que estoy en una relacion de poder?

Si tu relación de pareja se ha convertido  en una relación de poder podrás ver que ambos queréis imponer vuestras ideas y formas de hacer las cosas a la otra persona. Si continuamente miráis más por vuestra propia satisfacción personal antes que por el bien conjunto de ambos, no tenéis empatía el uno por el otro y os movéis llevados por el rencor y la venganza. Si esto es así, siento decirte que ya has cruzado la línea. 

2. ¿Por qué luchas realmente? Analiza tus sentimientos.

Conviene que ambos hagáis una auto-exploración de vuestros sentimientos. La capacidad reflexiva y autocrítica es importante a la hora de manejar los conflictos. ¿Qué es lo que te mueve a comportarte de esta o aquella forma? ¿A qué tienes miedo realmente?

3. Habla con tu pareja.

Intentad sinceraos el uno con el otro acerca de los motivos que os llevan a actuar así. Es un punto importante para que podáis cortar la cadena de comportamientos que os llevan a repetir una y otra vez la misma historia.

4. Que quede claro: la culpa es de los dos.

Una lucha de poder, al fin y al cabo, es una guerra. Y se necesitan dos personas para empezar una guerra. Comenzar a echarse las culpas mutuamente no sólo o solucionará el problema, sino que lo agravará más. Tened claro que estáis uniendo fuerzas para solucionar eso que no os permite ser felices, no para pisotear a vuestra pareja demostrando que tenéis razón.

5. ¿Cómo consigo salir de una relación de poder?

En muchos casos se necesita tocar fondo para que ambos miembros comprendan que si siguen así su relación acabará de un momento a otro. Es necesario que ambos pongáis de vuestra parte para solucionarlo (si es lo que realmente queréis). Que haya un acuerdo mutuo y un compromiso firme acerca de cuáles son los límites de cada uno. Cruzar la raya puede significar entrar en un punto de retorno y esto es importante que se tenga en cuenta.

En muchos de estos casos, es complicado para la pareja cortar la cadena de situaciones que se dan ante la aparición de estos conflictos y puede ser necesaria la ayuda de un especialista. Pensar y hacer balance de qué es lo que se quiere y por qué habéis llegado hasta aquí es el primer paso para hacerlo. Buena suerte.



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