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Tenerlo todo para ser feliz y no serlo tiene una clara explicación. A pesar de que las cosas externas nos puedan afectar más o menos, hay algo en nosotros que sí tiene mucho que ver con la felicidad. Afortunadamente, las personas tenemos el poder de controlar nuestras emociones y ese es el puente nos lleva directos a la felicidad.

No podemos elegir todas las cosas que nos pasan. Sin embargo, sí podemos elegir el modo en cómo vivimos esas cosas. Podemos elegir cómo dejamos que nos afecten, podemos elegir machacarnos o emprender acciones para solucionar lo que nos perturba. Podemos hacer infinidad de cosas para salir del pozo.

La felicidad es muchas veces más una cuestión de actitud que de tener todas esas cosas que anhelamos. La felicidad es una forma de tomarse la vida.

De todos modos, aquí vas a poder ver una serie de puntos que te ayudarán a enfocar tu vida de esa manera:

• Busca la felicidad dentro de ti

Tú y sólo tú eres la única persona que puede hacerte feliz. Mientras tu felicidad dependa de otras personas, mayor será tu nivel de frustración e infelicidad. La fuente de tu bienestar tienes que ser tú mismo porque tú eres la única persona que va a estar contigo el resto de tu vida.

• No te compares

• Persigue tus metas

Ten tus propios objetivos vitales. No hace falta que sean grandiosos, pueden ser también pequeñas metas a nivel más personal. Esto nos ayuda a sentirnos motivados con la vida. A tener algo por lo que pelear. Si quieres saber más sobre este tema puedes leer aquí.

• Alejate de personas que te roben la energía

Aléjate de aquellos que están siempre quejándose y que no te apoyan en las decisiones que tomas en tu vida, de las personas que te cortan las alas.

• Permítete fallar 

• No bases tu felicidad en cosas materiales

Las cosas materiales no dan la felicidad. Sobrecompensar nuestros problemas de felicidad con cosas materiales no servirá de nada. Si lo que tienes es una insatisfacción vital, porque compres ropa o un coche, la seguirás teniendo una vez se pase la emoción de la compra. Tienes que trabajar esa insatisfacción, no otras cosas. A nadie se le ocurriría si yo me rompo la pierna decirme que me hagan rehabilitación en el brazo. Sin embargo, cuando se trata de psicología y malestar emocional muchas veces hacemos ese tipo de cosas. Intentamos poner mil y un remedio para ver si soluciona algo cuando realmente no estamos bien enfocados. 

• Sonríe

Los científicos ya lo saben: sonreír nos hace estar más felices. Resulta que los nervios faciales de nuestra boca están conectados con nuestro cerebro, de forma que cuando nos sentimos alegres un impulso nervioso nos hace sonreír. Sin embargo, parece que este impulso puede ir en la dirección contraria, es decir, podemos sonreír primero y sentirnos alegres después. Prácticas como la risoterapia se basan en este concepto.

Además, esto tiene un beneficio añadido: los demás se mostrarán más receptivos con nosotros al vernos sonreír. Las personas se sienten atraídas por aquellos que parecen receptivos y amables. 

• Ponte música alegre

Cuando nos encontramos tristes tendemos a ponernos música melancólica (que nos entristece todavía más), por lo que el truco es el contrario. Ponte música alegre, ¿no te ha pasado alguna vez animarte con una canción?

• Haz una lista de todas las cosas buenas que te han sucedido

¿Cuántas cosas tienes por las que agradecer en tu vida? Muchas veces nos acabamos fijando sólo en las cosas malas que tenemos en nuestra vida olvidando por completo las cosas buenas. Es importante recordar también aquello bueno que tenemos.


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Las imágenes pertenecen a Gratisography.